Introducción - El proyecto de la Unión Europea
El reciente anuncio por parte del gobierno de Francia en apoyo del proyecto de la Unión Europea que propone imponer una cuota de al menos 40% de mujeres en los directorios de las empresas que cotizan en los mercados de valores y un post publicado conjuntamente por Antonio Vives y Helena Ancos titulado "Cuotas para mujeres en los consejos de administración", motivaron mi curiosidad por conocer el estado de esta cuestión en algunos países de América Latina.
Cuotas políticas
Distintas leyes han establecido cuotas - sea por vías de mecanismos de incentivos y/o medidas de sanción - para facilitar la incorporación de mujeres en cargos legislativos. Al menos 11 países latinoamericanos han adoptado leyes en esta materia y se observa que "los países que han implementado estos mecanismos presentan, en promedio, ritmos de incorporación de mujeres al Poder Legislativo más elevados que aquellos donde no se han implementado estas medidas".
Según un estudio " La introducción de sistemas de cuotas efectivas representa un cambio en las políticas públicas sobre igualdad, al pasar de la 'igualdad de oportunidades' a la 'igualdad de resultados'. Así, tales sistemas representan un rompimiento con el gradualismo extendido en las políticas sobre igualdad".
Cuotas de género en las empresas de América Latina
Las empresas latinoamericanas no se caracterizan por ser lideradas por mujeres. En el ranking "Latin 500" de Latin Business Chronicle, que identifica a las mayores empresas latinoamericanas, solo 9 mujeres ocupan el cargo de CEO. Casos como los de Maria das Graças Foster, primera mujer CEO de Petrobras, son realmente excepcionales.
Solo el 1.8% de las empresas latinoamericanas son dirigidas por mujeres. Cuando hablamos de cargos directivos entre el 11% y el 15% de las Latin 500 emplean a mujeres. Como se ve, estamos cerca del nivel de 13,7% de cargos directivos en las empresas europeas ocupados por el género femenino, aunque aun lejos del cupo del 40% propuesto por la Unión Europea.
Mi posición
No por una simple cuestión de solidaridad de género, sino por afinidad ideológica, comparto las apreciaciones de Antonio Vives respecto a que, en principio, todas las cuotas son contraproducentes dado que conducen a establecer sistemas distintos a la promoción sobre la base del mérito y por tanto resultan (potencialmente) en una pérdida de eficiencia de la actividad empresarial y en una falta de legitimidad en cuanto a los criterios de selección y promoción.
En mi opinión las cuotas de género son discriminatorias (aunque traten de establecer una "discriminación positiva") y pueden afectar no solo el principio de libertad económica de la empresa, sino también transgredir el propósito igualitario que las motiva. Es por ello que este tipo de medidas debiera ser siempre transitorio, limitado en el tiempo, en tanto exista una real desigualdad de posibilidades para las mujeres. Prefiero los programas que impulsan la adopción de sistemas de gestión de igualdad de género en las organizaciones, tales como las certificaciones o sellos de igualdad de género. Asimismo aplaudo iniciativas como la del gobierno mexicano, que mediante la ley general para la igualdad entre hombres y mujeres, adopta políticas públicas y apoya con financiamiento las medidas afirmativas (sin imponer cuotas) del sector privado destinadas a evitar la discriminación y promover la igualdad en distintos ámbitos, incluyendo el laboral.
En conclusión, no creo que el crear cupos vaya de por sí a resolver el problema de igualdad de género en el trabajo. La solución - aunque sea gradual - pasa por brindar una real igualdad de oportunidades de carrera y remuneración. El "work/life balance" debiera ser mucho más que un propósito, idealmente una parte nuclear de la estrategia de la empresa.
¿Cual es tu opinión? ¿Estas a favor o en contra de las cuotas de género en las empresas?
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