Saturday, February 25, 2012

RSE para emprendedores y PYME

Las PYME y la RSE 

Las pequeñas y medianas empresas (PYME) son el motor de la economía y una conocida fuente de empleo. Una PYME es sostenible cuando asume un comportamiento responsable y respetuoso con las necesidades sociales y medioambientales de su entorno. Una PYME sostenible crea valor; y no sólo valor económico, sino también valor ambiental y valor social. Resulta evidente que, cada día, la sociedad exige más y mayor compromiso por parte de las PYME con su entorno. La sociedad espera que las PYME reviertan, en cierta medida, parte de sus beneficios en la sociedad, tanto en términos de creación de riqueza, empleo, innovación o conocimiento, como en términos de apoyo a proyectos sociales, culturales o ambientales. Las PYME que desarrollen esta estrategia, sin duda, serán más valoradas por sus stakeholders, lo que debiera redundar en una posición más sólida y competitiva dentro del mercado.

Sin perjuicio de lo indicado; propongo que este tema corresponde analizarlo – como seguramente bien podría decir hoy día Karl Marxcada cual en función de sus necesidades” para que contribuya a la sostenibilidad “cada cual en función de sus posibilidades”. En este sentido, no todo el esfuerzo por ser sostenible y responsable debiera recaer en la PYME o el emprendedor en cuestión. Por de pronto, tal y como acabo de mencionar; creo que hay que esperar que las actividades en materia de RSE que hagan las PYME y emprendedores sean en función de sus posibilidades y que por tanto no debemos condenarlos o criticarlos por lo que hagan, siempre que la intención sea positiva y no tan solo producto de un ejercicio de “greenwashing”.

Más allá del rol que – con relación a la sostenibilidad y creación de valor económico; ambiental y social - contemplemos para la PYME y para el emprendedor en sí; y más allá de la responsabilidad social del Estado en lo atinente a su obligación de promover la existencia de PYMEs y emprendedores sostenibles y responsables; cabe destacar que existen múltiples formas en las que  las empresas líderes en un país o  región, pueden promover, apoyar y apalancar el compromiso en materia de RSE y sostenibilidad por parte de las PYME y emprendedores locales. 

Mi experiencia en materia de programas de RSE para emprendedores y PYME

Sin la menor intención o pretensión de establecer un catálogo taxativo sobre las formas en que una empresa (llamémosla “promotora” de la actividad de RSE)  puede relacionarse con las PYME u emprendedores locales; propongo considerar los siguientes tres tipos de relaciones que pueden llegar a establecerse entre la empresa promotora y la actividad de RSE a incentivar:

1.       Programas dirigidos a actuales o potenciales integrantes de la cadena de suministro de la empresa promotora.
2.       Alianzas y programas para potenciar un tipo de actividad económica en particular (aunque no necesariamente relacionas con las actividades de la promotora).
3.       Programas de formación de emprendedores u apoyo a las actividades de las PYME que no tienen por objetivo ningún tipo de industria ó sector en particular.

Programas relacionados con la actividad de la empresa promotora

El primer tipo casi que viene de suyo, cuando la empresa promotora adopta la decisión de desarrollar actividades en un nuevo territorio. Es una suerte de “responsabilidad social empresarial auto-interesada” si se quiere ó – como está de moda llamarla ahora – una oportunidad de “co-creación de valor compartido” entre la empresa promotora y sus proveedores / clientes.

Respecto a este tipo de experiencias, lideré un proyecto destinado a cubrir las eventuales necesidades de mano de obra calificada – en la localidad de Entre Ríos, Cochabamba, Bolivia - de la empresa en la que trabajaba. En concreto, trabajé junto con ONGs, autoridades municipales, miembros y representantes de la comunidad relevante, en la concepción y diseño de un colegio bachillerato con orientación tecnológica destinado a la capacitación de una parte de la población local en ciertos oficios altamente demandados tanto por la empresa en que trabajaba, como por otras de la región: mecánica; soldadura; etc. Nos propusimos que - en una zona con un alto grado de desocupación y empleo agrario - los eventuales jóvenes bachilleres graduados o en formación en el instituto tecnológico, pudiesen ser empleados por la empresa promotora o por sus sub-contratistas; trabajar en forma independiente ó recibir por parte del centro de formación suficiente formación profesional y asistencia como para permitirles crear empresas de servicios para atender la demanda regional.

Programas de Desarrollo Económico Local no necesariamente relacionados con la actividad de la empresa promotora

Dentro de la segunda categoría podemos contar a los sistemas de alianzas estratégicas para el desarrollo económico local. En mi experiencia consistieron primordialmente en acuerdos de colaboración e inversión público-privado celebrados entre la empresa promotora; el municipio (autoridades del territorio en el que la empresa promotora desarrolla su actividad), ONGs y comunitarios. 

Como parte de la “licencia social para operar”, desarrollábamos actividades que, sin ser de carácter intrínsecamente filantrópico, contribuían en forma independiente de la actividad y los objetivos económicos de la empresa promotora, a incrementar el valor social asociado con su presencia y actividad en ciertos territorios. Este tipo de programas se enfocaba en el desarrollo económico de los municipios impactados (como actor económico y generador de externalidades positivas y/o negativas) por la presencia de la empresa promotora, aunque no guardaban estrecha relación ni con la industria; ni con las actividades comerciales de la  empresa promotora (incluyendo su cadena de suministro).

Así por ejemplo, trabajando para una empresa petrolera, evaluamos la implementación de un proyecto de silvicultura (desarrollo y explotación de un bosque de maderas tropicales); con los siguientes aportes: 

  • Municipio: donación o usufructo por parte del proyecto, de tierras fiscales ociosas.
  • Empresa promotora: financiamiento de los gastos de capital y operativos.
  • Comunitarios: mano de obra remunerada.
  • ONGs: plantines; dirección del proyecto, know-how sobre cultivo de bosques tropicales y su comercialización.

Bajo este esquema la inversión inicial de la empresa promotora sería acompañada de desembolsos adicionales regulares hasta que el producto de la venta de la madera permitiera que el proyecto contase con ingresos suficientes como para garantizar la sostenibilidad del ciclo de producción.

Programas de formación de emprendedores u apoyo a las actividades de las PYME

Otro tipo de categoría de programas de formación de emprendedores y fortalecimiento de PYME lo constituyen aquellos que no benefician en forma directa a la empresa promotora; ni pretenden guardar estrecha relación con el programa municipal / territorial de desarrollo económico; sino que buscan por sobre todo, propiciar la actividad emprendedora en la región en que opera la empresa promotora ó contribuir al fortalecimiento de algún aspecto de la actividad económica de las PYME.

A modo de ejemplo de este tipo de programas, desde mi rol en la empresa promotora, he podido participar y gestionar – como parte de la labor filantrópica y de relaciones públicas de la empresa en que trabajaba y por tanto no necesariamente vinculada con sus aéreas de operación - la creación de fundaciones y organizaciones sin fines de lucro orientadas a facilitar la labor de los emprendedores y PYME. 

La empresa promotora – con relación a este tipo de programas - normalmente dona recursos y colabora incluso con recursos no monetarios, incluyendo el tiempo de su personal, para promover la creación o apoyar el funcionamiento de programas tales como Junior Achievement ó YouthBusiness Initiative; ó para  desarrollar programas de capacitación y apoyo a la exportación de las PYME tal y como lo hacen la Fundación Gas Natural y  la Fundación Standard Bank.

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